El plan de igualdad debe ser un objetivo para cualquier entidad sin ánimo de lucro con el fin de mejorar y convertirlo en un eje transversal tal y como se explicaba en el artículo anterior. En la primera parte de esta serie de artículos presentamos los Planes de Igualdad. En este caso la propuesta es dar algunas pistas para conseguir ese objetivo.
Como en cualquier proyecto que queremos poner en marcha debemos hacer una fotografía de la entidad para conocer el punto de partida y al mismo tiempo poder identificar dificultades o mejoras concretas que se pueden implementar. El objetivo primordial es identificar las posibles brechas de género en la entidad y las prácticas de voluntariado. Esto implica “ponerse las gafas moradas” y hacer un análisis con perspectiva de género, siendo lo más objetivos y honestos en este análisis.
Enfocado a las cuestiones de voluntariado (y de cara a la evaluación de la propia entidad) debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Evaluar cómo se produce la incorporación de personal a la entidad e incorporación de personas voluntarias.
- Evaluar cómo es la atribución y distribución de tareas y responsabilidades dentro de la entidad y en los proyectos con personas voluntarias.
- Evaluar cómo se lleva a cabo la sensibilización y transmisión de los valores y objetivos de la entidad y dónde se incorpora el plan de igualdad y las medidas de reducción de la brecha de género tanto en la documentación, formación y proyectos.
- Evaluar los ámbitos de formación en la entidad tanto para el personal como para las personas voluntarias. Es importante analizar si se fomenta la mejora de competencias, en qué ámbitos y quiénes participan de la formación.
- Evaluar la comunicación interna y externa de la entidad. Identificar si se establece el uso de lenguaje inclusivo en los diferentes métodos de comunicación: documentos internos y externos, formularios, e-mails, WhatsApp, Telegram, etc.
- Evaluar las políticas de acoso sexual y acoso por razón de sexo. Identificar si existe algún documento en el que se hable de los procedimientos a seguir en caso de que alguna persona o voluntario/a se vea envuelta en este tipo de situaciones.
- Evaluar el grado de compromiso de la entidad con las políticas de igualdad y la predisposición de las personas de la entidad a reflexionar sobre este aspecto.
Cada entidad podrá llevar a cabo este tipo de evaluación con las herramientas que considere más oportunas y se ajusten mejor a las necesidades de cada una. Es importante tener en cuenta que en este proceso de evaluación participen el mayor número de personas o al menos un grupo lo más heterogéneo posible con el fin de obtener resultados más precisos y contrastables.
En el próximo artículo abordaremos las formas en las que podemos llevar a cabo la implementación de los planes de igualdad en la gestión y trabajo con voluntarios/as.